Tecnología al servicio de un caviar sustentable

Producir caviar en el siglo XXI es desde luego muy diferente a cómo se hizo durante toda la glamorosa historia del caviar. El cultivo de peces en cautiverio exige grandes cantidades de recursos para poder homologar las condiciones naturales de los peces, sin embargo, a través del uso de tecnologías, estos requerimientos pueden reducirse casi en su totalidad sin afectar el bienestar de los esturiones.

Agua

Agua corriente, limpia y fresca es fundamental para el cultivo de peces. Sin embargo, en el contexto actual de escasez hídrica el uso de agua para actividades industriales debe ser tan delicado como lo permite la tecnología actual de manera de reducir el impacto ambiental por el uso de esta. 

Mediante el cultivo de bacterias desnitrificantes en nuestros biofiltros, más del 95% de las aguas de nuestro centro de cultivo son purificadas y devueltas a las piscinas, reduciendo más de 20 veces el requerimiento de agua del centro.

Por otro lado, las aguas que salen de nuestro centro son tratadas previo a la descarga para cumplir con los más estrictos estándares de calidad, lo cual es monitoreado de forma permanente. Son aguas cristalinas, sin olor ni sabor, libres de antibióticos y otros fármacos pero además, ricas en nitrógeno, fósforo y potasio (NPK), abonos naturales que sirven para abonar nuestros jardines, huertos y las plantaciones agrícolas de nuestros vecinos.

Lodos

El residuo final de la acuicultura son lodos compuestos por fecas y alimento no consumido por los peces.

En la industria en general estos lodos se contaminan por el uso de antibióticos y otros fármacos. En Kenoz tenemos nuestro cultivo libre de fármacos, lo que nos permite acumular los lodos para su disposición, donde, tras un proceso de secado por evaporación natural, pueden usarse como abono para huertos y jardines.

Energía y Aire

En el ambiente acuático la disponibilidad de oxígeno es muy baja comparada a la que tenemos en la atmósfera, por lo que los peces en cultivo lo consumen rápidamente del medio acuático. Sin un suministro limpio, abundante y constante de oxígeno, el cultivo no sería posible.

En la industria se usa habitualmente el oxígeno líquido, sin embargo, en la producción de éste se utiliza una cantidad gigantesca de energía, y el manejo del insumo, altamente oxidante y a temperaturas criogénicas, es complejo y peligroso.

Por eso, en Kenoz se decidió prescindir del oxígeno líquido, y en vez, inyectar el aire que nos rodea. Mediante un sistema de ventiladores de última generación, se bombean pequeñísimas burbujas de aire en el agua, las que son conducidas de manera que cumplan multiples funciones:

  1. Las pequeñas burbujas suben lentamente, frenadas por el roce con el agua, lo que da tiempo a que el oxígeno dentro de la burbuja difunda hacia el agua.
  2. Como la concentración de CO2 en el ambiente es muy baja, comparada con la del ambiente de cultivo, las burbujas absorben parte de este gas retirándolo del sistema.
  3. Al inyectar el aire, el agua debe dar lugar a estas burbujas que “nacen” en la profundidad del estanque, por lo que se induce un movimiento que impulsa un enorme caudal de agua que circula por nuestros estanques sin la necesidad de conectar bombas adicionales.
  4. La corriente de agua inducida ayuda a barrer el fondo del estanque conduciendo de esta manera los lodos a los puntos de retiro.
  5. A los peces les encanta la corriente, es normal verlos hacer ejercicio en el punto donde la corriente es más rápida.

Las tecnologías combinadas permiten generar ahorros directos en el uso de energía del centro; si además se considera la energía por dejar de consumir oxígeno líquido, el centro acuícola de Kenoz consume menos del 5% de la energía que usaría en un sistema de recirculación acuícola tradicional.